CONEXION A INTERNET: UN DERECHO HUMANO

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A partir del mes de Julio de 2010 toda la población de Finlandia tendrá el derecho a una conexión a Internet de banda ancha de mínimo 1 Mb; así lo ha decretado el gobierno finlandés a través del Liikenne ja Viestintäministeriö (Ministerio de Transportes y Comunicación). Pero la cosa no termina aqui, esta nueva ley que eleva a la categoría de derecho humano básico el acceso a Internet prevee que para el 2015 la velocidad mínima que todos los proveedores del servicio deben cumplir es de 100 Mb.

Pero bueno ¿esto qué quiere decir? Por un lado el gobierno considera que así como la salud, la educación o la seguridad pública, el acceso de alta calidad a Internet es básico para el bienestar y desarrollo del individuo. Esta visión de un sistema que provee a sus ciudadanos con las mismas oportunidades para que crezcan en una sociedad igualitaria no es nueva, en 1906 el Gran Ducado de Finlandia fue el primer país europeo en otorgar a las mujeres el derecho a votar y a ser votadas en elecciones libres y abiertas, a propósito actualmente y desde el año 2000, el cargo de Presidente de la República lo ostenta una mujer.

Por otro lado esta nueva ley dará un nuevo impulso económico tanto a la ya vanguardista industria de telecomunicaciones, encabezada por Nokia, como a los sectores de construcción y servicios. Si actualmente Finlandia ya cuenta con uno de los porcentajes más altos de penetración de banda ancha en el mundo, las constructoras y actuales proveedores de Internet tienen menos de un año para hacerla llegar al 100% de la población, con la consecuente inversión en infraestructura, que generará tanto más empleos como más negocio para las empresas mismas, puesto que el servicio de conexión no será gratuito, cada persona decidirá si quiere o no ejercer su derecho a Internet así como el proveedor y el paquete que más le convenga.

Seguramente estarás pensando: de manera práctica ¿para qué me sirven a mi 100 Mb de velocidad de conexión? Ni soy programador de computadoras, ni ingeniero de la NASA. El punto no es para qué te sirve hoy una conexión rápida, sino para qué te podría servir mañana. No son los servicios que puedes usar actualmente, sino los que vendrán a futuro y que pueden cambiar tu concepto de bienestar. Con una velocidad y ancho de banda suficientes ya no sólo puedes hacer operaciones bancarias y comprar boletos de avión; puedes acceder a canales de entretenimiento e información a nivel mundial con traducción en tiempo real (cosa que ya hace Google Wave); alquilar una película y verla inmediatamente sin necesidad de descargarla, incluso cambiarle el final si no te gustó; cursar una maestría e interactuar en español con un profesor que está al otro lado del mundo y que sólo habla japonés; o bien cuidar con tus propios ojos, a través de tu teléfono móvil, a tu hijo que duerme en casa mientras tú cenas con amigos en tu restaurant favorito.

Puede que alguien aún piense que el gobierno finlandés no tiene mejores cosas en las qué pensar, "la conexión a Internet es un derecho humano", suena como demasiado pretencioso, hasta de ridículo lo podríamos catalogar. No tengo la menor duda de que hubieron las mismas inquietudes y reacciones incrédulas en aquél lejano 1906, cuando se pretendían establecer las reglas y condiciones igualitarias para una sociedad realmente moderna.
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