PISCANDO FRESAS

Para no variar en este país hay un montón de cosas que son muy especiales y que bajo la perspectiva de otras culturas son lo opuesto de lo que sucede en el resto del mundo. Me explico: es ampliamente conocido que uno de los trabajos típicos de los inmigrantes ilegales en Estados Unidos es la recolección de frutas y verduras de los campos, trabajo que dicho sea de paso los locales ya no quieren hacer.

Pues aqui en Finlandia no sólo ésta es una actividad que los locales hacen, sino que es hasta una tradición familiar, y más aún, pagan por hacerla. Ya entrados en el breve verano nórdico, los campos empiezan a florecer y rebozar con todo tipo de frutos silvestres de la familia de las moras: zarzamoras, fresas, mirtillos, blueberries, blackberries, red currant, black currant... sorry! no me sé los nombres de todos en español, pero diría que hasta hay varios de estos frutos que ni siquiera tendrían nombre en el idioma de Cervantes, dado que algunos única y exclusivamente existen aqui, como los "lakka" que crecen sólo en Laponia, al extremos norte de Finlandia.

Bueno pues la semana pasada hemos seguido la tradición y fuimos a recolectar "mansikka", o sea fresas. Que si bien no son tan grandes como las típicas de Irapuato, las que se dan aqui son perfectamente redonditas, de color rojo intenso y no hubo ni una que haya salido ni ligeramente amarga. Llegas al campo, y como buenos finlandeses hiperorganizados, te asignan una línea y comienzas a recolectar todas las que quieras (sin salirte de tu línea! y al terminar debes marcar hasta dónde llegaste, para que ahi comience el siguiente cliente). Y ya de paso mientras recolectas te puedes comer toooooodas las que quieras ahi mismo, directo de la planta.

Al final, ya con sendas cubetas llenas de coloridas mansikkas vas a que te las pesen y pagas la módica cantidad de 4 euros por kilo (en cualquier super cuestan el doble), nuestro botín: casi 10 kilos! Que llegando a casa hubo que limpiar, cortar y metódicamente almacenar en tupperwares para ser congelados y que nos duren todo el invierno. Y aprovechando la frescura de las fresas recién cortadas por la mañana, por la tarde aquí Estrellita Marinera ya tenía un riquísimo pastel hecho con pan tipo "panqué" y crema pastelera.

Bueno esto fue breve, porque estamos por salir para tomar el barco y escaparnos a Estocolmo, luego más!