LA LANA ES LA LANA

Como parte de algunas celebraciones de Semana Santa, en la ciudad de Kirkkonummi se acostumbra un mercado tradicional en un monasterio de monjes ortodoxos. O al menos eso era lo que nos contó mi suegra para embaucarnos a ir. Llegados al lugar me encuentro con una casona con tremenda cúpula dorada, la que se supone es la iglesia del lugar, pero de monjes nada.

Después de esperar casi media hora a cinco grados bajo cero haciendo una democrática cola, pudimos por fin entrar a la susidicha iglesia, para encontrar en su interior la vendimia de toda clase de delicias de temporada: mermelada de zarzamora, grosella negra y cualquier cantidad de moras silvestres que por el nombre supongo que sólo se dan por aqui. Galletitas de gengibre, panes de diversos granos, bolsitas con diversas especias y condimentos, pasteles y algunas artesanías típicas, todo hecho caseramente por la misma gente de la comunidad ortodoxa, pero de los monjes ni sus luces.

A sabiendas del éxito que ha tenido este evento en años pasados y para no correr el riesgo de regresar con las manos vacías, estos finlandeses perfectamente organizados establecieron un sistema por Internet en donde uno podía reservar los productos deseados. Caray qué modernos me salieron los monjes ortodoxos! No obstante ni ellos ni sus computadoras aparecían.

Muy modosita mi suegra se formó en la fila correspondiente a la inicial del apellido para recoger su pedido, pero oh sorpresa! su orden nunca apareció, así como tampoco los monjes para quienes son todas las ganancias de este bisne, así que con los honores nos regresamos con sólo una mermelada y unas galletitas ya que la rebatinga estaba de a peso. Eso sí al menos pude grabar algo de la iglesia que tenía unos murales y decoración dignos de admiración, aunque sin monjes claro está, que ni las narices asomaron, pero eso sí la lana es la lana y una muy buena se metieron con esta vendimia.

2 opiniones:

Anónimo dijo...

Los monjes estaban haciendo la mermelada, como querías que se rebajaran a simples vendedores? jajajajaja. Oye, pero las imágenes de la iglesia refuerzan lo que pienso de Finlandia: un país super cuidadito.

Malintzin dijo...

asi vendieran quecas... a esa temperatura.. ni de broma me asomo a la calle :)

Hablando de quecas... YO QUIERO UNAS CUANTAS!!!!! aunque sea de perdis unos tacos de cochinada..snif snif..

Saluditos